Fundador


Jorge Rodríguez Arbeláez


Conoce sobre Quirama

El Fundador

Antioqueño de pura cepa, nacido el 21 de diciembre de 1921 en el hogar de Don Jaime Rodríguez Lalinde y Doña Hortensia Arbeláez Campuzano.

De los valores cristianos y ciudadanos de su hogar paterno hay reconocimiento general entre las familias que los conocieron; en su seno familiar aprendieron sus hijos los más sólidos principios de educación cristiana, de servicio a la comunidad, de entrega total en búsqueda del bien común y en especial el amor al trabajo, la honradez y la ética.

Tras haber pasado su infancia en Medellín donde cursó los estudios primarios en el Gimnasio Antioqueño, su familia se trasladó a Bogotá donde obtuvo el título de Bachiller en el Colegio Antonio Nariño, establecimiento educativo laico regentado por Monseñor José Alejandro Bermúdez y posteriormente el de doctor en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional en 1945.

Durante su juventud, mientras cursaba el bachillerato y la carrera, tuvo la fortuna de vivir activamente como líder estudiantil la intensa e interesante época de transformación política, económica y social acaudillada por el mejor gobernante de Colombia en lo transcurrido del siglo XX, el Dr. Alfonso López Pumarejo y su programa de gobierno conocido como La Revolución en Marcha, época en la que se desempeñó como Presidente del Consejo de Estudiantes de Derecho y como fundador de la Cooperativa para textos universitarios. Aquellos fueron años de transformaciones y de logros que dividieron la historia del país desde sus comienzos republicanos hasta el gobierno de López Pumarejo y de allí hasta nuestros días. 

Rodríguez Arbeláez lo conoció personalmente y encontró en él a su tutor y orientador, quien habría de servirle como Presidente Honorario de su tesis de grado titulada "Liberalismo Económico". Lo acompañó como universitario y joven profesional en varias delegaciones y comisiones, entre ellas como Miembro Adjunto de la Delegación de Colombia a la primera reunión de la ONU en Nueva York; de sus enseñanzas y orientaciones se alimentó su liberalismo, amplio, profundo y universal que inspiró su conducta política sin sectarismos y siempre al servicio de la colectividad y del país. Rodríguez Arbeléz fue un liberal a carta cabal en el más amplio y mejor sentido de la palabra y en él tuvieron los dirigentes y expresidentes un servidor auténtico y un orientador cívico de invaluables dotes.

Una vez terminó su carrera en Derecho y Ciencias Políticas, Rodríguez Arbeláez cursó varios seminarios de Posgrado en Economía, Ciencias Sociales y Políticas en las universidades de Pensilvania, Nueva York, Instituto Tecnológico de Masachussetts, Harvard y en la Escuela de Economía de Londres, centros en los que amplió y profundizó sus conocimientos y que habrían de inspirarlo en la posterior fundación de un centro de altos estudios y de investigación, desde el cual proyectar y defender nuestros valores culturales autóctonos, como lo fue el Instituto de Integración Cultural y posterior nacimiento del Colegio Altos Estudios Quirama.

Entre 1944 y 1960 desarrolló actividades empresariales tales como Gerente encargado de las Droguerías Nueva York en Bogotá; Fundador y Gerente de Cartonería Insdustrial Ltda. "Inducartón"; Presidente del Comité de Comercio de Bogotá; co-fundador y presidente de la Junta de Oleaginosas Risaralda Ltda., en Cúcuta y miembro de la junta directiva de Inducartón y de la junta consultiva y asesora de Almacenes Ley, de Bogotá.

Pese a haber demostrado ser un buen hombre de empresa su vida alcanzaría una más amplia proyección en el campo de la cultura a partir de 1960 cuando se vincula como profesor de sociología de la Universidad de Medellín, y de Historia de la Doctrinas Económicas en la Facultad de Economía de la Universidad de Antioquia. En ese mismo periodo sirvió la cátedra de Marxismo y Leninismo en el Instituto de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana y se desempeñó en 1962 - 1963 como Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia. Su paso por la cátedra habría de perfilarlo como un docente por naturaleza y convicción y como un difusor idóneo y fecundo del estudio de las ciencias sociales, económicas y políticas en nuestro medio.


A la par de sus actividades docentes desarrolló las de propulso de centros de investigación y corporaciones sociales. Así, en 1960 fue cofundador y presidente durante cuatro a;os del Instituto de Capacitación Social, ICSO, época en la que contó con el apoyo y la participación activa de su esposa Doña Helena, y cuya labor en bien del trabajador industrial, de su familia y la comunidad es ya bien reconocida. Es el mismo año se inició como presidente por cinco años de la Junta de Codesarrollo que tanto ha hecho por el progreso de Antioquia. De 1961 en adelante fue presidente durante cuatro años de la junta del Instituto Colombiano de Planeación Integral, INCOPLAN.

Entre 1963 y 1968 en calidad de asesor de Codesarrollo actúa como miembro cofundador y presidente de la Fundación Colombiana para la Cultura Superior y se convierte en el principal promotor y fundador del instituto de Integración Cultural, fundación que se oficializa en 1968.

Siguiendo si ingente actividad de promotor e impulsor de instituciones en beneficio de la comunidad participa como cofundador de la Fundación Colombiana de Oftalmología y como miembro fundador de la Federación Antioqueña de entidades de Utilidad Común -FEDERAR-; de la Corporación para el Desarrollo Social -FINSOCIAL-; de la corporación de Papeleros Colombianos -COPAC-, y del Magisterio voluntario.

En el campo político y jurídico se desempeñó en 1977 como miembro de la Comisión de Juristas para la Reforma Constitucional nombrado por la COrporación Pro Régimen Federal de Antioquia.

En el campo científico partició en 1978 como miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana para el avance de la ciencia, ACAC, bajo cuya dirección se celebró la IV Convención Científica Nacional en 1980, durante la cual fue elegido presidente de dicha asociación, cargo que desempeñó por dos años cuando organizó la V Convención Científica realizada en Cartagena.

Rodríguez Arbeláez se destacó igualmente como un estudioso de la historia y en dicho campo se le nombró como Miembro de Número de la Academia Antioqueña de Historia y Miembro Correspondiente del Centro de Historia de Santafé de Antioquia.

Una faceta bien conocida de Rodríguez Arbeláez fue su catolicismo, su fe profunda en las enseñanzas evangélicas y su labor propagadora del mensaje de Cristo. Testimonio de ello, fue su trabajo en el apostolado laico como iniciador de los Cursillos de Cristiandad, como Comendador y ex-presidente de la Orden del Santo Sepulcro, como Caballero de la Orden de San Gregorio Magno, como Miembro del Consejo de la Cultura Arquidiocesana y Miembro Consultor de la Asociación Cristiana de Jóvenes.

Todas las anteriores actividades nos dicen del dinamismo, el deseo de servir y la abnegación total que caracterizaron la fecunda labor de Jorge Rodríguez Arbeláez, cualidades que le han hecho merecedor de distinciones como la Medalla del Civismo de medellín, de la Sociedad de Mejoras Públicadas, la estrella de Antioquia en grado de Oro en 1978, la de Trabajador de la Cultura otorgada por el COnsejo Máximo del I.I.C. en 1980, además de las distinciones eclesiásticas ya mencionadas. El Mundo de Oro de la Cultura le fue otorgado en 1986 al Instituto de Integración Cultural, Recinto de Quirama y a Jorge Rodríguez Arbeláez, su Fundador. Faltaría mencionar su intensa actividad como investigador y conferencista en una amplia variedad de temas. El diez de noviembre de 2004 el presidente Alvaro Uribe Vélez le impuso la Cruz de Boyacá, en el Recinto de Quirama, como un reconocimiento a su trabajo en favor de la cultura en Colombia.

Bien conocida es la aseveración de que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer y en el hogar de Jorge Rodríguez Arbeláez se confirmó este adagio. Nos referimos a la personalidad cultivadora y edificante de Doña Helena Canal Sorzano, su esposa y fiel compañera. De origen nortesantandereano, peterneciente a una distinguida familia de esa floreciente región colombiana, dona Helena unió su inteligencia y su ímpetu de mujer emprendedora al destino de su esposo. Ella fue la consejera y confidente de sus mejores proyectos y realizaciones y, en forma muy abnegada y especial, del Instituto de Integración Cultural y su sede campestre del Recinto Quirama. A esta sede dedicó los mejores años de su ya fecunda vida. Tras la donación conjunta de esta valiosa propiedad al Instituto, Doña Helena se dedicó de lleno a su remodelación, nuevas adiciones y acondicionamiento hasta convertirlo en un lugar paradisíaco, albergue de investigadores y estudiosos de las más variadas disciplinas. Todo ello manteniendo su perfil arquitectónico republicado, con bellos patios interiores, jardines aledaños y decoración propia de la región. La armonía de su diseño, de los muebles y adornos y la unidad de conjunto son obra de esta gentil señora. En cada ocasión ella ha actuado como anfitriona amable, hospitalaria y generosa, facilitando así el éxito de cada evento cultural que en dicho recinto se haya propiciado. Su talento, su agudeza y perspicacia y su intuición femenina estuvieron siempre al servicio del Instituto.

En lo familiar hizo de su hogar un ejemplo de virtudes propias de las familias que han sido pilares de la comunidad. A sus hijos Jaime y Patricia les transmitió los valores cristianos propios de nuestra gente y a su esposo le brindó el apoyo incondicional y tesonero para la feliz culminación de sus proyectos.

En julio de 1989 suscribió con el presidente Virgilio Barco Vargas y otros ciudadanos el acta de fundación del Colegio Altos Estudios de Quirama del cual fue su rector e inspirador hasta su fallecimiento el 2 de abril de 2008.

Imagen cortesía Comfenalco, en Recinto Quirama, Municipio de Rionegro, Antioquia. Colombia

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