A la par de sus actividades docentes desarrolló las de propulso de centros de investigación y corporaciones sociales. Así, en 1960 fue cofundador y presidente durante cuatro a;os del Instituto de Capacitación Social, ICSO, época en la que contó con el apoyo y la participación activa de su esposa Doña Helena, y cuya labor en bien del trabajador industrial, de su familia y la comunidad es ya bien reconocida. Es el mismo año se inició como presidente por cinco años de la Junta de Codesarrollo que tanto ha hecho por el progreso de Antioquia. De 1961 en adelante fue presidente durante cuatro años de la junta del Instituto Colombiano de Planeación Integral, INCOPLAN.
Entre 1963 y 1968 en calidad de asesor de Codesarrollo actúa como miembro cofundador y presidente de la Fundación Colombiana para la Cultura Superior y se convierte en el principal promotor y fundador del instituto de Integración Cultural, fundación que se oficializa en 1968.
Siguiendo si ingente actividad de promotor e impulsor de instituciones en beneficio de la comunidad participa como cofundador de la Fundación Colombiana de Oftalmología y como miembro fundador de la Federación Antioqueña de entidades de Utilidad Común -FEDERAR-; de la Corporación para el Desarrollo Social -FINSOCIAL-; de la corporación de Papeleros Colombianos -COPAC-, y del Magisterio voluntario.
En el campo político y jurídico se desempeñó en 1977 como miembro de la Comisión de Juristas para la Reforma Constitucional nombrado por la COrporación Pro Régimen Federal de Antioquia.
En el campo científico partició en 1978 como miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana para el avance de la ciencia, ACAC, bajo cuya dirección se celebró la IV Convención Científica Nacional en 1980, durante la cual fue elegido presidente de dicha asociación, cargo que desempeñó por dos años cuando organizó la V Convención Científica realizada en Cartagena.
Rodríguez Arbeláez se destacó igualmente como un estudioso de la historia y en dicho campo se le nombró como Miembro de Número de la Academia Antioqueña de Historia y Miembro Correspondiente del Centro de Historia de Santafé de Antioquia.
Una faceta bien conocida de Rodríguez Arbeláez fue su catolicismo, su fe profunda en las enseñanzas evangélicas y su labor propagadora del mensaje de Cristo. Testimonio de ello, fue su trabajo en el apostolado laico como iniciador de los Cursillos de Cristiandad, como Comendador y ex-presidente de la Orden del Santo Sepulcro, como Caballero de la Orden de San Gregorio Magno, como Miembro del Consejo de la Cultura Arquidiocesana y Miembro Consultor de la Asociación Cristiana de Jóvenes.
Todas las anteriores actividades nos dicen del dinamismo, el deseo de servir y la abnegación total que caracterizaron la fecunda labor de Jorge Rodríguez Arbeláez, cualidades que le han hecho merecedor de distinciones como la Medalla del Civismo de medellín, de la Sociedad de Mejoras Públicadas, la estrella de Antioquia en grado de Oro en 1978, la de Trabajador de la Cultura otorgada por el COnsejo Máximo del I.I.C. en 1980, además de las distinciones eclesiásticas ya mencionadas. El Mundo de Oro de la Cultura le fue otorgado en 1986 al Instituto de Integración Cultural, Recinto de Quirama y a Jorge Rodríguez Arbeláez, su Fundador. Faltaría mencionar su intensa actividad como investigador y conferencista en una amplia variedad de temas. El diez de noviembre de 2004 el presidente Alvaro Uribe Vélez le impuso la Cruz de Boyacá, en el Recinto de Quirama, como un reconocimiento a su trabajo en favor de la cultura en Colombia.
Bien conocida es la aseveración de que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer y en el hogar de Jorge Rodríguez Arbeláez se confirmó este adagio. Nos referimos a la personalidad cultivadora y edificante de Doña Helena Canal Sorzano, su esposa y fiel compañera. De origen nortesantandereano, peterneciente a una distinguida familia de esa floreciente región colombiana, dona Helena unió su inteligencia y su ímpetu de mujer emprendedora al destino de su esposo. Ella fue la consejera y confidente de sus mejores proyectos y realizaciones y, en forma muy abnegada y especial, del Instituto de Integración Cultural y su sede campestre del Recinto Quirama. A esta sede dedicó los mejores años de su ya fecunda vida. Tras la donación conjunta de esta valiosa propiedad al Instituto, Doña Helena se dedicó de lleno a su remodelación, nuevas adiciones y acondicionamiento hasta convertirlo en un lugar paradisíaco, albergue de investigadores y estudiosos de las más variadas disciplinas. Todo ello manteniendo su perfil arquitectónico republicado, con bellos patios interiores, jardines aledaños y decoración propia de la región. La armonía de su diseño, de los muebles y adornos y la unidad de conjunto son obra de esta gentil señora. En cada ocasión ella ha actuado como anfitriona amable, hospitalaria y generosa, facilitando así el éxito de cada evento cultural que en dicho recinto se haya propiciado. Su talento, su agudeza y perspicacia y su intuición femenina estuvieron siempre al servicio del Instituto.
En lo familiar hizo de su hogar un ejemplo de virtudes propias de las familias que han sido pilares de la comunidad. A sus hijos Jaime y Patricia les transmitió los valores cristianos propios de nuestra gente y a su esposo le brindó el apoyo incondicional y tesonero para la feliz culminación de sus proyectos.
En julio de 1989 suscribió con el presidente Virgilio Barco Vargas y otros ciudadanos el acta de fundación del Colegio Altos Estudios de Quirama del cual fue su rector e inspirador hasta su fallecimiento el 2 de abril de 2008.
Imagen cortesía Comfenalco, en Recinto Quirama, Municipio de Rionegro, Antioquia. Colombia